miércoles, 9 de marzo de 2011

Salado...

Mientras estaba sentada en aquella terraza, disfrutando del mar y las vistas, con una helada cerveza en las manos vio como, por la izquierda, se acercaba una chica acarreando una maleta... no demasiado pesada (la maleta, no la chica). Al llegar a la altura de la terraza se detuvo, se giró y dirigió a un chico, sentado dos mesas más allá. No pude escuchar la conversación, no gritaba, era muy pausada. Ni siquiera se sentó en la mesa.

A los pocos minutos volvió agarrar su maleta y, cuando ya había recorrido unos cuantos metros, dijo en una voz algo más elevada, aunque nunca gritando:

"Me hubiera gustado probar a qué sabías".

1 comentario:

  1. Al leer,mi cabeza empieza a funcionar. Intenta relacionar, si o si pero es que algo falla en esta historia.
    Serán ilusiones mías...
    Bon voyage!!!

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