Era un hecho más que insólito, y aunque pudiera parecer mentira, se había quedado sin letras... así que no tuvo más remedio que ponerse las botas y salir a buscarlas. Lo tenía claro... esa noche la sopa iba a ser de letras...
Mientras aquel conglomerado de alfabetos se iba hinchando poco a poco en el caldo hirviendo, colocó un mantel en la mesa y preparó los cubiertos ... tenía un objetivo e iba a llevarlo a cabo...
La cuchara nadaba y sorteaba entre todo aquel maremágnum de vocales, consonantes, signos de admiración... iba pescando por colecciones completas, reunía palabras, se sumergía entre una novela imposible hasta que, en el fondo del plato, ya sólo quedaron tres únicas letras:
Pero que bien escribe la niña, ayyyyssssssssss... Sagrario
ResponderEliminarUna sopa con la que está cayendo? Estás como una regadera... Carlota
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