jueves, 7 de febrero de 2013

Pantarro

Hace unos días me hacen llegar un video en el que Iban Yarza cuenta, paso a paso, cómo realizar un par sin amasar... Al verlo pienso que yo, que no estoy metida en el tema pan, lo mismo puedo hacerlo... y allá voy...
Que si mido el agua, empiezo a pesar la harina, de El Amasadero,... se me acaba el paquete...abro otro, sigo echando al bol y cuál es mi sorpresa al observar que lo que cae es mucho más oscuro....claro, en este caso era una harina recia ecológica y no sé qué más apellidos. Sólo pienso: la he cagado, seguro que esto necesitaría ahora más agua de la que yo le voy a echar, pero puesto que mi anarquía "recetil" es más que patente, decido seguir con mi actividad. Que todos los problemas sean perder medio kilo de harina y un par de horas.

Pasa la noche en la nevera y ya observo que no ha subido tanto como debería. Decido dejarla un buen rato a temperatura ambiente y la cosa parece que se hincha... aun así no lo tengo del todo claro.
Yo, que estoy totalmente atrapada con el tema de los bizcochos en tarro y que me parecen una idea de lo más fantástica, pienso si no sería posible realizar pan metido en tarro. Al echar un vistazo a la blogosfera alemana, observo que es algo bastante habitual, incluso los comercializan. Como comentario indican que es necesario pintar bien el cristal con aceite para que no se pegue. Yo lo pinto con un buen aceite de oliva virgen y además decido echarle unas cuantas semillas que se quedan inmediatamente pegadas a las paredes.
Al mismo tiempo también realizó dos panes "normales", siguiendo la receta, y el resto los meto en tarros de cristal....

Y allí se pasan todo su tiempo de cocción en el horno, con la incertidumbre de saber si necesitaran más o  menos tiempo. Como yo soy de las que me siento delante del horno a observar toda la evolución, (ya lo sé, Andrés, los panes son como el Emule, no hay que sentarse delante a observarlos) pienso que aquello evoluciona a las 1000 maravillas.

Nada más salir del horno cierro los botes de cristal. Quedan al vacío.  Dentro de un tiempo los abriré a ver cómo han quedado.
Hoy acompañé la comida con uno de los panes. Efectivamente creo que le hubiera venido bien algo más de agua. Sin embargo a mí me ha parecido que de sabor estaban fantásticos. ¿Será amor de madre?

Para ser una primera prueba, creo que el resultado no ha estado nada mal. Ahora sólo queda ver cómo saldrán los del tarro. Está claro que no quedarán crujientes puesto que, al igual que los bizcochos, el calor del vacío mantiene una humedad constante dentro del bollo... realmente ese es el misterio.
Seguiremos informando...

Por cierto... ando probando nuevas recetas de bizcochos... la evolución es perfecta.



2 comentarios:

  1. De lo más interesante.

    Yo he horneado usando fuentes pyrex (borosilicato) e imagino que los tarros que has usado también son de ese tipo o no aguantarían bien el horno, ¿los has encontrado en España con facilidad?

    Respecto al tema del vacío... Imagino que es el mismo principio que cuando haces mermelada en casa y volteas el tarro mientras está caliente, ¿no? Voy a tener que darme un paseito por chefkoch.de a ver qué me encuentro. ;)

    Se que no hace falta que lo diga pero, en cuanto abras el bote, ¡cuenta el resultado!

    Saludos.

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  2. Tienen buena pinta! Hace tiempo que tengo el gusanillo de hacer pan, a ver si me animo de una vez. Eres una artista.

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