Lo mismo es que debería perder la fea costumbre de pararme en los semáforos... que también debo decir que en muchas ocasiones se me hacen un tanto cortos... Y es que es precisamente allí donde la imaginación comienza volar como una loca y aparecen millones de ideas. Lo bueno también es que cuando el semáforo se vuelve poner en verde se hace imposible eso de sacar una agenda y apuntar la idea... que si no es muy marcada, pasa a un segundo plano antes de llegar al siguiente semáforo... y vuelta a empezar...
Pero no siempre funciona. La de esta manera se ha quedado alojada... pero me parece que voy empezar a cobrar. Alojamiento y desayuno.
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