martes, 15 de julio de 2014

Monos que no chimpancés ...

Hace 18 años, mes arriba mes abajo, año arriba año abajo (lo podría mirar, pero resulta ser un dato un tanto irrelevante) me invitaron a una boda... Una boda a la que estuve a punto de no asistir... Las circunstancias que lo rodeaban todo no eran las más propicias... Tales eran mis ganas, que ni siquiera me interesaba comprar un atuendo adecuado... Mi madre me comentó que había visto unos monos negros que me irían de perlas y yo no puse inconveniente alguno... Cuando lo compró, me lo probé en casa... Perfecto, un pañuelo grande y a correr. Lo metí en la maleta y me olvidé de él.
Desde hace días intento recordar el calzado que llevaba... Temo decir que no era botas, pero seguiré investigando...
El día del evento me puse el traje y cuando me dio la luz del día (resultó ser un día muy luminoso), una de las personas que me acompañaba me dijo: "Tú no puede ir así vestida". "¿No?" respondí yo... "¿Por qué?" ... "Porque vas totalmente desnuda"....
Y era más que cierto, a la luz del día el mono era prácticamente transparente... Y yo, en otra ciudad, pues no me quedó otra que ponérmelo.... Yo que pensaba pasar lo más desapercibida posible, obtuve el efecto contrario... De hecho me lo siguen recordando...
Hace unos meses, haciendo un cambio de armario, me encontré con el mono... No me lo había vuelto a poner... Me despertó una sonrisa y volví a meterlo en la caja....
Y hace una semanas me topé (casualidades un tanto forzadas) con el que había sido el novio de aquella boda...
Así qué ayer, coincidiendo con días no del todo perfectos, me probé el dichoso mono... Y sólo puedo decir que me queda igual o incluso mejor que hace 18 años... Y si me preguntas si me lo volvería a poner, la respuesta es clara y rotunda: SÍ

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