Y lo peor de todo es que cada vez está más cerca el verano,
esa estación en la que parece que tiran una bomba atómica y entonces ya resulta
prácticamente imposible hablar con nadie: unos están de vacaciones, no se pueden
hacer determinadas cosas hasta que no regresen, algunas empresas están
cerradas… así que me temo que la cosa no tiene pinta de variar…
¿Brotes verdes? Todos los que quieras, pero sólo en mi
ventana…
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