jueves, 19 de julio de 2018

Todo es morado... todo

Ir a Brihuega (Guadalajara), a unos 80 km de Madrid, perderse, aparecer en unos campos de lavanda totalmente desiertos de gente, maravillarse con las vistas, alucinar. Cuatro días más tarde regresar por la tarde, con un picnic, para ver una puesta de sol. Las flores se han abierto mucho más, el campo está tan morado que sólo observarlo alegra la existencia. Brutal, una experiencia francamente brutal. Y la repetiré. Sin duda. El año que viene. Con otro picnic. Con más ganas de disfrutar.






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