Yo tenía un amigo. O al menos eso creía yo. Y un día dejé de escuchar su voz. Se de él, creo que está bien, o al menos eso es lo que quiere aparentar. Pero nunca quiso volver a verme. A pesar de que intenté, con todas mis fuerzas. Y ahora ni siquiera le escucho. Y me da una pena terrible. Pero es mi pena. Y seguiré con ella.
Y yo sigo. O lo intento.
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