jueves, 31 de marzo de 2016

Y es que no cuesta nada..

Hace un par de semanas en recibir un correo totalmente inesperado. Una chica, a la que le habían regalado una taza personalizada mía, me escribió para darme las gracias y decirme que le había encantado. Me pareció un detalle fantástico. Un reconocimiento al trabajo. Y me recordó un poco mi, porque yo también hago ese tipo de cosas. Sin ir más lejos hace unos días escribí a mi taller de motos (bueno, a la persona que lo regenta) solo para decirle que Cecilia, a pesar de que ha cumplido la mayoría de edad esta misma semana, funciona extraordinariamente tras haber pasado unos días de asueto en su taller.

Y es que no cuesta absolutamente nada y el que recibe la notificación se queda la mar de contento…

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