lunes, 25 de noviembre de 2019

Joder, dos semanas...

 Mañana hará dos semanas (joder, dos semanas ya, esto suena muy a vieja… “Cómo pasa el tiempo“), que a primerita hora de la mañana decidí hacer una reverencia y aterrizar de forma nada sutil con mis rodillas (bueno, mejor dicho, con una de ellas) en un suelo empinado, encrespado, y un poco de hormigón. Sigo teniendo un color verdoso nada agradable, esto mejora  pero demasiado despacio. Como me pase varios días más sin ir al gimnasio, me va a estallar el melón. Lo único que parece que se me ha multiplicado el trabajo... Que de repente todo el mundo ha pensado que hago unas cosas estupendas (y yo  agradecida a más no poder). Y me he cortado el pelo, pero cortado. Pero oye, que esto crece.  Y me equivoco, me equivoco muchísimo. Y hoy más que nunca. Pero si no hago las cosas como las siento, creo que dejo de ser yo.

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