Aburrida en los aviones, empecé a contar historias, historias con un trasfondo real pero repletas de vivencias no vividas, de ahnelos, de guiños y de ganas. Me hice con un protagonista pseudo-imaginario (lo pongo con guión porque me gusta) y comencé a idear relatos, ya no sólo en los aviones, sino también en tierra firme.
Publiqué por ahí mucho de lo escrito, también envié algunas de las historias y muchas de ellas se quedaron en un cajón (¿Motivo? Lo mismo porque la implicación era demasiado elevada y no hacía falta...). Un montón de historias revueltas pero alrededor de un mismo mundo.
Como ahora tengo tiempo, mucho, demasiado, pensé que lo mismo podría ir uniendo todas esas historias... para que todo aquello fluyera contando un universo mayor.
Y sí, empecé a hacerlo. Y sí, luego abandoné...
miércoles, 8 de abril de 2020
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